viernes, 17 de abril de 2009

¿Cuánto pesa la culpa?


Levanté los ojos del portatil y entonces la vi. Uma Thurman me estaba mirando mientras fumaba un cigarrillo, en una postura sugerente adornada por el rojo de sus labios. Su peinado, imitado a menudo hoy por multitud de chicas en busca de una identidad, constaba de un flequillo pronunciado, rematado con una variedad del clásico corte a tazón por detrás.

Me ruboricé y desvié la mirada sonriente. Volví a mirarla con disimulo. Pero como tantas otras veces, comprobé que realmente no me estaba mirando a mí, sino a Bob, que estaba detrás de mí. Sentado en lo que parecía un portal, con las rastas caídas sobre los hombros, liaba un porro con el gesto sonriente, y la mirada perdida. Ni siquiera se da cuenta de que lo está mirando, pensé.

Pero Bob Marley dirigía su sonrisa a Benicio del Toro, que tampoco le prestaba atención. Estaba encorvado sobre una mesa, vestía un polo que en vano trataba de disimular un tatuaje, y me señalaba con el dedo. ¿A mí? ¿Por qué?

Ignoro por qué se empeñan en llamar retóricas a las preguntas estúpidas. Levanté un poco los ojos y leí: ¿Cuánto pesa la culpa?

Mucho, dije en voz alta. Todos volvieron a sus pósters y seguí escribiendo.

Reproducción del cartel de la película 21 gramos.

No hay comentarios: