viernes, 5 de junio de 2009

Confesiones

- Ayer conocí a un tío...

- ¿Qué dices? Cuenta, cuenta...

- Pues nada, es un chico que ya conocía de algo, pero hasta hace poco no habíamos intimado, no sé, es como si de repente hubiese surgido una chispa entre los dos, ¿sabes? Había visto sus ojos varias veces, algunas de ellas bien de cerca, pero nunca había reparado en lo profundos que son, creí perderme en ellos mientras ella me hablaba, y sus palabras eran un carrusel de sonidos hermosos del que no alcancé a comprender ninguna palabra por lo embelesada que estaba...

- Sigue, sigue.

- Acabábamos de tomar algo en un bar, y yo la verdad estaba muy cansada. Él estuvo muy atento toda la tarde, la verdad es que me sorprendió. Y qué guapo. Y al salir del bar me pasó un brazo por encima de los hobros y me sentí pequeñita, pequeñita...

- Ay, tía.

- Y nada, me preguntó si me apetecía que fuéramos a su casa. Yo me moría de ganas por dormir con él, pero no sabía qué decirle. No quería que aquel instante, que a la vista de todos no era nada del otro mundo -una pareja saliendo de un bar- se desvaneciese en el tiempo y fuese sólo el recuerdo de una noche que le cuentas a una amiga, como estoy haciendo ahora...

- Bueno, ¿y qué pasó?

- Al final le dije que sí, que fuéramos a su casa.

- Qué fuerte, tía. Entonces, por lo que me cuentas, con Mario ya nada, ¿no?

- No, si te estoy hablando de Mario.



Fotografía extraída de data1.blog.de

Recordatorio

Desde En el tejado de una prisión he creído positiva y a un tiempo interesante la experiencia de la encuesta para decidir el primer post de cada mes. Se comunica por tanto a todos los presidiarios que ya tienen la posiibilidad de votar el tema del primer post del mes de julio, justo en la parte derecha del blog.

Gracias a todxs por leer y participar.

El faro del paraíso

Para cuando te marches, tienes las llaves que abren mis puertas,

y por si las perdieras dejaré siempre ventanas abiertas.

Para cuando te quedes, tengo en mi vientre un verano de estrellas

con un mar que se mece si tú respiras desde su arena.


Ay, amapola,

yo de tahúr en otro mundo y tú tan sola.

Hoy quiero habitar la pradera

entre tu ombligo y lo más alto de tus piernas.


Ay, hechicera,

quién fuera luz para alumbrarte las caderas

y hacer un eclipse de seda

en la aureola de tus montes de canela.


Que tengo tanto esperma en la mirada

que cuando lloro al viento nace un cielo.

Y tengo los besitos que me dabas

guardados en el fondo de mi pecho.

Y tengo en las gónadas del alma

otoños que comienzan en enero,

y a veces se me olvidan las palabras

cuando meto los dedos en tu pelo.


Quiero tener tu labio más abierto.

Quiero licuarte y tener caramelo.


En tu pelo, que me sabe a pan caliente,

la gente nunca entiende mi desenfreno.

Que no haya sueños que se queden pendientes,

que la vida es una sombra que se ejerce.


Y ya sabes, prefiero un beso de muerte

a que me bese la muerte sin tu permiso.

Si quisieras mirarte en mí para verte…

me voy a vivir al faro del paraíso.


Carlos Chaouen

Tenemos ganador


Desde En el tejado de una prisión quiero agradecer a todos los que han participado en el blog, no sólo a través de comentarios, sino ingresando en prisión voluntariamente. También agradezco en la misma medida a aquellos que se han registrado para optar a las dos entradas gratuitas para el Parque de Atracciones, cuyo sorteo acabo de llevar a cabo hace un rato.


El ganador, o mejor dicho, ganadora ha sido Raquel. Enhorabuena para ella y gracias al resto por participar. Espero que haya más sorteos y que la suerte os acompañe la próxima vez.


La ganadora debe enviar la palabra EDUVIGIS al 5808 para canjear el precio, seguida de su fecha de nacimiento según el calendario chino, espacio, su número de la Seguridad Social al revés, espacio, el nombre de su abuelo paterno en élfico.

lunes, 1 de junio de 2009

Post por encargo I

Desde hacía algunos meses, me había despertado por las mañanas experimentando una sensación extrañamente placentera: un cosquilleo revoloteaba en mi bajo vientre, y al abrir los ojos descubría una erección implacable bajo el pijama, que tenía que esconder por vergüenza de los ojos de la chica que me cuidaba y llevaba al colegio. Al principio eran días intermitentes, pero en poco tiempo, la regularidad fue absoluta. No sabía muy bien qué hacer con aquello. Me tumbaba boca abajo, pero aquella solución se tornaba estéril cuando comprobaba que, a veces incluso, no servía sino para aumentar la excitación.


Tendría doce o trece años, a lo sumo. Podrían ser las cinco de la tarde de un domingo, y estaba solo en casa. Cambié de canal de pie ante la tele, ya que a principios de los 90 el mando a distancia era poco menos que una leyenda. En un canal, no recuerdo cuál, imagino que la 2, ponían la película El Lago Azul. Y ahí empezó todo.



No recuerdo cómo sucedió con exactitud, pero me enamoré profundamente de la protagnista de aquella película, que era una niña de mi edad que se llamaba Emmeline. Me imaginaba que la tenía delante, que jugaba conmigo en lugr de con el otro protagonista de la película.Nos zambullíamos juntos en las aguas azules que aparecían en el film, la llamaba por su nombre y pensaba en ella cada vez que me masturbaba. Tampoco recuerdo cómo terminó lo nuestro, pero intuyo que fue porque me fijé en otra, u otras.


Porque hubo más: me enamoré de Heidi, aunque no lo he reconocido hasta ahora; de Sophie, la sobrina del inspector Gadget; años más tarde de Pepper Ann, en su cole no hay rival; cuando pensaba que lo había superado, apareció en mi vida Spinelli, con sus botas y su gorro... Un día, un amigo me pregntó en el recreo:


- ¿Y a ti qué chica te gusta de clase?
- Yo estoy profundamente enamorado de Pepper Ann -dije entornando los ojos y mirando al infinito. El muchacho no se sorprendió lo más mínimo, pero negó con la cabeza.
- Ya, pero eso no vale. A mí me mola Vilma, pero digo de la clase -yo, a diferencia de él, me escandalicé.
- ¿Wilma? ¿Te gusta Wilma? ¡Si es una señora!
- No, la de los Picapiedra no. Digo Vilma, la de Scooby Doo.

Años más tarde me enteré de que aquel compañero de colegio ahora se ha dejado bigote, es reparador de máquinas de CocaCola, y tiene una Yorkshire cuyo nombre podréis intuir.

Woody Allen dijo que masturbarse es la manera de hacer el amor con la persona que más te apetece. Persona o dibujo animado, añadiría yo. Porque después, de mayor, arrastras el canon por el que se ha regido tu infancia -me salto la adolescenca porque no me dio tiempo a hacer otra cosa que eso mismo: adolecer-, y si ese perfil se basa en dibujos animados, en mi caso personal se tradujo en chicas delgadas, pequeñas, con maneras de chico, pelo corto, con gafas, que me sacaran sonrisas o carcajadas sin mi consentimiento. Por eso hoy en día no coincido en gustos con casi nngún amigo. Porque ellos se empezaron a masturbar con las revistas porno de sus padres.

Reproducción del cartel original de la película El Lago Azul.