viernes, 5 de junio de 2009

El faro del paraíso

Para cuando te marches, tienes las llaves que abren mis puertas,

y por si las perdieras dejaré siempre ventanas abiertas.

Para cuando te quedes, tengo en mi vientre un verano de estrellas

con un mar que se mece si tú respiras desde su arena.


Ay, amapola,

yo de tahúr en otro mundo y tú tan sola.

Hoy quiero habitar la pradera

entre tu ombligo y lo más alto de tus piernas.


Ay, hechicera,

quién fuera luz para alumbrarte las caderas

y hacer un eclipse de seda

en la aureola de tus montes de canela.


Que tengo tanto esperma en la mirada

que cuando lloro al viento nace un cielo.

Y tengo los besitos que me dabas

guardados en el fondo de mi pecho.

Y tengo en las gónadas del alma

otoños que comienzan en enero,

y a veces se me olvidan las palabras

cuando meto los dedos en tu pelo.


Quiero tener tu labio más abierto.

Quiero licuarte y tener caramelo.


En tu pelo, que me sabe a pan caliente,

la gente nunca entiende mi desenfreno.

Que no haya sueños que se queden pendientes,

que la vida es una sombra que se ejerce.


Y ya sabes, prefiero un beso de muerte

a que me bese la muerte sin tu permiso.

Si quisieras mirarte en mí para verte…

me voy a vivir al faro del paraíso.


Carlos Chaouen

2 comentarios:

R. dijo...

Temazo del señor Chaouen!


sal del calderon y vamonos a Tirso a liarla!

Tristán dijo...

el viernes era el cumpleaños de mi compañero de piso, anduvimos por Tribunal... acabo de leer tu comentario. Pero si prorrogamos más nuestra cita, esto acabará en penaltis, con lo mal que se me han dado siempre jajaja