jueves, 21 de mayo de 2009

Otra vez

Me ha vuelto a pasar. Un joven me ha llamado de usted. Tengo 25 años, y no es la primera vez que me pasa. Da qué pensar. Mitiga un poco la sensación de desazón pensar que, de pequeño, yo también era muy educado, y me lo pensaba antes de tutear a un adulto. Pero lo de hoy me ha dolido como nunca.

Trabajo de cara al público y, como he dicho antes -no sólo en el trabajo sino en más ámbitos-, me han debido de llamar de usted una decena de veces. Todavía recuerdo la primera. Hará dos o tres años, mientras mi perro correteaba por el parque, yo fumaba un cigarro sentado en un banco, cuando un balón cayó cerca de mí. El propietario -o quizá un mero usuario- de la pelota, o sea, un niño, reclamó mi atención a gritos.


- ¡Señor! ¡El balón!


¿Señor? Bueno, aquel día iba con la ropa del trabajo -camisa por dentro, zapatos-, y llevaba perilla. Pensé que cabía la disculpa porque, en realidad, el niño y yo estábamos a unos 15 metros de distancia, y además estaba oscureciendo; la suma de todo ello debió de jugarle una mala pasada a la percepción del chaval, pero a mí me marcó de por vida.


Hubo más. Recuerdo con especial sonrojo otro caso más reciente. Sucedió en el trabajo, como hoy. También llevaba camisa, incluso puede que también la americana. Pero el chico que me trató de usted no era tan joven, y aquello me turbó aún más si cabe. Quería apuntarse en la lista de espera, y le pedí el DNI. Cuando me lo dio, comprobé que tenía 17 años, por dios, nació en el 90. Me acuerdo de que le hablé con soltura, incluso le llamé tío varias veces cuando me pidió información sobre los abonos. Le aconsejé la mejor zona del campo teniendo en cuenta todas las variables -la afición contraria, el precio, la visibilidad, el clima...-, no obedeciendo a un instinto comercial, del que por otro lado carezco, sino para tratar de que al final de la conversación, me tutease.


- Gracias, es usted muy amable -eso fue todo lo que pude arrancarle.


Pero sin duda alguna, lo de hoy ha sido mucho peor. Por dos motivos, a saber: a) hoy he ido al trabajo vestido con unos pantalones negros, NORMALES, quizá un poco anchos; una camiseta azul con rayas blancas, en cuyo estampado se aprecia el jovial/informal/desenfadado/juvenil dibujo de un toro con una camiseta con el número 10 de la selección argentina; y unas zapatillas blancas y verdes cuya marca no diré para no hacerle publicidad a Quicksilver. Y b) porque la persona que ha preferido no tutearme, esta vez, era una chica.


No sé su edad, y maldita la gana que tengo de saberla. Pero sus palabras aún resuenan en mi mente como el eco infernal del paso de los años. Lo digo en serio, que nadie se ría. Ya os pasará a vosotros también -y más que a mí-, y cuando os ocurra, sólo deseo que, además, la chica en cuestión os ponga cachondos. Será todavía más humillante, y para mí será, en cierto modo, un alivio saber que no soy el único que arrastra esta cruz. Reproduzco a continuación el breve pero a la par intenso diálogo que desgraciadamente mantuvimos:


- Perdone, ¿fútbol base?

- Perdonada, saliendo por la galería, la última puerta a mano izquierda.

- Ya, pero está cerrado. ¿Sabe a qué hora vienen?

- A y media.

- Gracias.


Y se dio la vuelta y se fue con el último atisbo de juventud que había en la oficina. No una, sino dos veces me había llamado de usted. La primera no logré distinguir si decía perdone o perdona, pero en la segunda no había espacio para el equívoco. Me dejé caer sobre la silla, blasfemé y ultimé unos informes que tenía pendientes.


Es una edad incierta, lo sé. No sabe uno a qué atenerse. Odio en profundidad la tendencia pija que se extiende entre los jóvenes, pero también aborrezco a la gente que va con pintas de algo concreto. Es como si entendiesen la libertad como la capacidad de poder elegir una etiqueta, y no comprenden que ser libre es precisamente lo contrario: huir de las clasificaciones, los estereotipos. Pero cada vez se concede más valor a lo que es semejante, y menos a lo que es diferente, y la competición estriba en ver quén es más igual, cuáles la fotocopia mejor hecha, cuando debería reconocerse quién propone la idea que a nadie se le había ocurrido, quién da un paso que nadie se atrevió antes a dar. Y es imposible escapar: voy a un concierto de un grupo que me gusta desde hace mucho, y me veo rodeado de puretas; y voy a otro concierto de una banda que acaba de salir, y parece que estoy en un instituto de mutantes. Cada vez pienso más en dejar de fumar, me gustan menos los móviles, miro las vacaciones de verano con más antelación, me peino intentando disimular las cada vez más estrepitosas entradas. Ya no me salen -casi- granos en la cara, pero es el pelo el que aparece en lugares insospechados poco tiempo atrás. Cada vez me gusta más comer; y menos, beber. De hecho, cada vez cocino mejor. Cada vez disfruto más de los trayectos, de las esperas. Cada vez me suelto más a hablar con el primero que pillo. No sé si merece más la pena aguantar a un profesor al que pago para que me venda la moto; o a mi jefe, que me paga para que la moto la venda yo. Y podría seguir con las dicotomías hasta mañana.


En todo caso, por si a alguien le quedaba algún resquicio de esperanza, hace relativamente poco fui testigo de algo que me hizo reflexionar sobre esto mismo, llegando a las conclusiones que arriba he expuesto. Por la calle me crucé con una madre y una hija, de unos 40 y unos 16 aproximada y respectivamente... Pues bien, por primera vez en mi vida, me gustó más la madre que la hija.


Si esto no es hacerse mayor, que venga dios y lo vea. no obstante, tampoco creo que sea para llamarme de usted.
Fotografía extraída de zonalibre.org

6 comentarios:

Raquel dijo...

Te vas a acabar convirtiendo en "el señor ese"...

Buenas noxes miiaaamooorr, jeje
(he kedao tokada)

R. dijo...

han ganado las pajas en la encuesta!


viva el onanismo


es el onanista de la caja de sorpresas lalala

Tristán dijo...

sí, pero creo justo hacer un mix de las 3 más votadas... ya veré, en cualquier caso, esta noche se me acaban las vacaciones y le doy caña
un abrazo!

R. dijo...

Pajas, cine y amor


a tomar por culo la bicicleta! espero ansioso esa papilla!

un abrazo!

Bego Paredes dijo...

actualiza,pequeño saltamontes!eso, un mix como los de los frutos seco!
t conozco desde hace un mes y ya has tenido dos vacaciones!seguro q curras dnd dices q curras???enchufame!

Tristán dijo...

Estoy perezoso, pero de hoy no pasa, palabra... Si lo tengo medio escrito ya!!

Gracias por darme caña porque si no me abandono xD