lunes, 4 de mayo de 2009

Lidl

Algunas noches me despierto entre sudores, y miro con recelo al otro lado de la cama, por si el calvo del Lidl está ahí, acechando en la ocuridad, debajo de mis mismas sábanas, susurrándome al oído la temperatura de mis pies.

¿Cómo puede ese hombre coger un queso entre sus manos como si fuera un balón de reglamento, apretarlo brevemente y exclamar: Oye, qué bien curao? O ir por el huerto, acercarse a un trabajador y espetarle: Jose, éstos no son como los del otro día. ¿Pero qué otro día, por dios? Y va Jose, que si te fijas es Lorenzo Milá, coge un melocotón ¡del árbol de al lado!, de la misma cosecha, se lo da al calvo, que lo huele y dice: Éstos son perfectos: a Lidl. Después, no contento con eso, en lo que parece un matadero de cerdos, un mozo le muestra una pieza de carne roja. El alopécico le echa una breve ojeada, la olfatea y replica: Tiernísimo. A Lidl. ¿Ésos son los controles de calidad que pasan los alimentos en estas tiendas? ¿Va un señor oliendo melocotones, apretando quesos o husmeando trozos de cerdo sin ponerse una triste mascarilla?


Maldita sea, cómo puede un hombre ofrecer tan poca credibilidad al hablar de la calidad de los productos de un supermercado. Todos hemos ido a un Lidl. ¿Qué venden allí? ¿De dónde sacan esos postres, esas cosas que son una mezcla entre la tradicional Copa -de nata y chocolate-, pero con yogur, crema de helado y tropezones de frutas? Esos chocolates, esos cereales. No conoces ninguna marca de las que hay. Es barato, sí, pero extraño. Además, en el Lidl de mi barrio refulge hermosa al sol de la mañana una placa que conmemora la obtención del insólito récord de tener en nómina a la cajera con las uñas más largas de todos los supermercados de Usera. Es una mujer simpática, pero te da el cambio como lo haría Eduardo Manostijeras.


No sé, me inquieta el Lidl, no estoy a gusto en sus pasillos, ni en mi propia cama.

7 comentarios:

R. dijo...

jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

da miedico el calvo, sí

Bego Paredes dijo...

a mi m encanta el lidl,de hecho es dnd compro, es lo bueno de tenerlo en todos los paises, q si te das cuenta todos los productos esta en todos los idiomas, as iq a saber de donde vienen. y recuerda q el zumo te salvo este finde. viva el chocolate de lidl y sus maxi galletas con la princesita dibujada a 1€.¿q seria de mis noches sin esas patatas sabor "papikra"?

Tristán dijo...

A mí me aterra, no puedo ir solo. Esa canción te hará ver la luz: http://www.youtube.com/watch?v=HkqtBwelS4c

Bego Paredes dijo...

jajaja, de algohay q morir, y las patatas esas estan de vicio, lo siento,pero no me convences.adema si es acertada tu teoria, siempre puedo viajar gratis al spacio en una de las visitas siderales del planeta lidlon!

NK dijo...

Yo estoy notando una tendencia peligrosa del que el mundo no se está percatando.
¿Pq hay tantos calvos en la televisión?

Yo creo que son seres de otro planeta que se introducen en nuestra sociedad gracias a su alopecia para cuando estemos desprevenidos conquistarnos y hacer un mundo de calvos y peor aun...CALVAS.

Yo me preocuparia ... recordad...si un calvo os pide la hora por la calle...CORRER!!!

Anónimo dijo...

Mi padre solía decir una frase (era calvo sabeis?):
Hija, Dios hizo tan solo unos pocos craneos perfectos.... ¡el resto los cubrió con pelo!

jaja
Raquel

Bego Paredes dijo...

jaja, muy bueno Raquel, la verdad es q las personas mas guapas pueden ir rapados o ser calvos perfectamete, los q no lo somos, nos camuflamos entre el pelo.