sábado, 9 de mayo de 2009

Tú tampoco eres nadie


Perdón por mis errores (ya no sirve de nada),
aunque son muchos menos de los que tú te crees.
Perdón por las mentiras, las palabras gastadas,
los chats y los perfiles. Perdón por lo que lees.
Perdón por permitir que el dios de la rutina
robara en cada esquina mis ganas de salir.
Perdón por intentar quedar con otras tías,
alimentar mi ego, y luego, no acudir.
Es sentimentaloide el blog, como mi alma.
Es triple, que no doble, mi personalidad.
Perdón por conocerte, por perturbar tu calma,
por no garantizarte una exclusividad.
Ya ves, me sobran huevos, que sepa todo el mundo:
soy un ser iracundo, jamás viví en Berlín,
flirteo con chiquillas, pero luego me hundo,
tampoco soy profundo y me pierdo por Madrid.
También pido perdón por gastarme el dinero
-¡que sepa el mundo entero!- en llevarte a cenar;
por invitarte al cine, por pensar que en tu pelo
podría construirme un camino hasta el final.
Perdón por todos esos pensamientos obsesos
que crees que ni un psiquiatra podría reciclar.
Perdón por machacarte en nuestro Ranking de Besos
(perdón por escribirlo, no lo pude evitar).
La vida, como tal, lecciones nos enseña:
yo estaré medio loco, pero tú no eres Dios.
He de modificar todas mis contraseñas.
No tienes el derecho a entrar en mi interior.
Tendré, pues, que cambiar todas las cerraduras
-virtuales y del alma-. No paro de sufrir:
ayer vi rebuscar a un perro en la basura
y no pude evitar acordarme de ti.
Olvídate de mí. Ayer te desahogaste,
dijiste lo indecible, me odias, soy un fraude.
Pero al hurgar en mi móvil no lo dudaste
-ni en el ordenador-. Tú tampoco eres nadie.
Nota explicativa: No voy a publicar tus comentarios, en los cuales alardeas de tener información privada que nunca debió pertenecerte. No quiero repetir lo que ya he dicho, pero, como ves, me sobran cojones para reconocer mis errores, en el blog y donde sea. Aún así, si crees que tenías derecho a meterte en el correo de la gente, estás equivocada. Lo mejor de todo es que, en el fondo, si me quedaba algún atisbo de culpa, te has encargado de borrarlo por completo. Si tienes algo de vergüenza, la próxima vez, cíñete a encontrar la mierda que buscas. Las cosas que ni te van ni te vienen, ten la decencia de no leerlas.

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